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a contracorriente

Pereiro y la memoria histórica

    CUANDO EL DOPAJE es noticia, eclipsa a todo lo demás. Por ello, pasó de puntillas el domingo la despedida del ciclismo de Óscar Pereiro Sío (Mos, 1977). Un adiós que se produjo en Valencia, lejos de casa, en un criterium que apenas tuvo relevancia mediática. Un adiós triste para un ciclista grande, uno de los más grandes que ha dado este país.

    La memoria histórica es algo en desuso desde hace años en este país. A la gente le cuesta recordar. Prefiere atacar. Está en nuestro ADN. De Óscar, en los últimos años, he escuchado comentarios desfavorables, la mayoría. Que si desde que ganó el Tour se echó a dormir. Que no fue el mismo. Que se dedicaba más a salir por la noche o a ser un showman que a otra cosa. A mí me gusta recordar.

    Y me gusta recordar que El cascarilla está entre los siete españoles ganadores del Tour de Francia-Federico Martín Bahamontes, Luis Ocaña, Pedro Delgado, Miguel Indurain, Carlos Sastre y Alberto Contador-. Algo no menor. Pocos, en esta comunidad, han cosechado un éxito como este. Muy pocos. Quizá contados con los dedos de una mano. La forma en que lo consiguió (más de un año después tras el positivo de Landis) no puede empañar un gran éxito.

    Pero hay gente que dice: tuvo suerte. No tienen ni idea. Óscar Pereiro estuvo entre el 2004 al 2007 en el top ten del Tour de Francia. Siempre con los mejores. Quizá sus características no estaban asociadas al podio del Tour de Francia pero, justo por ello, tiene más valor su primer puesto de 2006. ¿Y quieren saber mi opinión sobre por qué lo consiguió? Porque es uno de los ciclistas más inteligentes que ha habido en el pelotón mundial en la última década. No fue ni un gran escalador. Ni un gran contrarrelojista. Pero sabía leer la carrera. Conocía cuál era el momento de la escapada buena. Era, y es, un tipo listo.

    ¿Y después de 2006? Pues para que la gente no se olvide, en 2007 fue décimo en el Tour de Francia. Otra vez con los mejores. Y en el 2008 tuvo que retirarse en la 15ª etapa cuando se cayó en el descenso del Col de Agnelo. Estaba en el puesto 15 de la general. Y estaba yendo de menos a más; dando guerra.

    Bien es verdad que, en 2009 y 2010 se apreció un descenso de sus prestaciones. Cierto. Y que desde que ganó el Tour no supo digerir muy bien el éxito. Puede ser. Pero hace cinco días se ha retirado uno de los deportistas más grandes que ha dado Galicia en toda su historia. Y, desde luego, se merece un gran homenaje en su tierra.

    PERIODISTA 

    07 oct 2010 / 22:58
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