Amenaza de huelga feroz si baja el sueldo en las ambulancias

"Que Sanidade, o Sergas e os empresarios se poñan as pilas, pois non permitiremos unha rebaixa de salarios, recorte do cadro de persoal e a merma da calidade no servizo das ambulancias". Son palabras de Xesús Pastoriza, secretario de la Federación de Transportes de la CIG, quien ayer, junto a sus homólogos de CCOO y UGT, prometía "unha folga nada light, moi dura" si se rebaja un 10% el salario de los trabajadores, unos 1.400 euros al año, tal y como les planteó este lunes la patronal.

No sólo cargan contra el recorte: la espada de Damocles pende sobre el sector, a su entender, si se aprueba el borrador del decreto sobre transporte sanitario que prepara la Xunta, que ayer descartó entrar en esta polémica, que entiende como laboral. La norma, que adapta cambios impulsados desde la UE, según la Federación Gallega de Ambulancias, es casi idéntica a la estatal y no es mala, sino profesionalizadora.

Pastoriza, Óscar Vázquez (UGT) y Juan Granados (CCOO) coinciden: trae cambios negativos, como la supresión en las ambulancias medicalizadas de la figura del técnico auxiliar o camillero, uno de sus cuatro miembros junto al conductor, el médico y un ATS. "Todos ellos son imprescindibles, por ejemplo, en una reanimación tras una parada cardíaca; si se elimina a uno, la calidad del servicio empeora", según Pastoriza. Vázquez y Granados ven "incongruente" un borrador que aumentará el gasto, al tiempo que empeora la situación del trabajador.

Pastoriza apuntó que el decreto que se baraja elimina también las líneas que, en la norma anterior, señalaban que el Sergas, de no mediar otras partes -aseguradoras- corre con los gastos del transporte sanitario. "É sospeitoso que desapareza ese texto, parecen apuntar ó copago", avisa.

Denunció que a día de hoy "xa se negan ambulancias a moita xente", y con el nuevo decreto irá a peor. Sólo se atenderán los casos con riesgo vital y aquellos de menor gravedad donde no existan medios de transporte alternativos. Censuran además la desaparición de servicios, como que no operen vehículos del 061 por la noche en las villas o la supresión de las UVI móviles que contratan los hospitales (unas treinta), que conllevarían un recorte de personal del 30 al 40%.

Mientras las centrales inician asambleas de trabajadores con un rechazo frontal a decreto y recorte, Enrique Blanco, presidente de la patronal, les pide un esfuerzo. Tras negar que el borrador sea negativo, pues los contratos garantizan los servicios y figuras actuales, señaló que la congelación del consorcio con el Sergas obliga a dar marcha atrás a sendas subidas del 5% en los salarios pactados para 2009 y 2010, pero promete restituirlos al acabar las vacas flacas. Ahora, esa alza, junto a la subida del diésel del 30% y la imposibilidad de repercutir el IVA al 18% de las empresas sanitarias, eran un lastre mortal.

Les recuerda que médicos y enfermeras, sus compañeros, sí han visto, pese a ser funcionarios recortados sus salarios, y señala que nunca han pensado en regular empleo vía ERE.