La joven de Poio que denunció a su pareja por malos tratos dice que "se lo inventó todo"

La joven de Poio (Pontevedra) que retiró la denuncia contra su pareja después de haberlo denunciado por maltrato ha reiterado este martes en el juicio esta decisión. "Me lo inventé todo", ha sentenciado. 

De hecho, ambos acudieron juntos este martes hasta la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra en la que se celebró el juicio. 

La presunta víctima, Yolanda H.D., después de haberlo denunciado por maltrato, este martes ha reiterado ante el Tribunal que "se lo inventó todo" y ha hechado la culpa a su familia, que nunca aceptó que ella --que no pertenece a la etnia gitana-- se fuese con un gitano que la había dejado embarazada. 

El acusado, Alberto M.M., tan sólo ha reconocido que tuvieron "discusiones y pequeños forcejeos", pero ha insistido en que "nunca le puso la mano encima" y ha explicado en la Sala que hacían todo juntos y que en sus salidas Yolanda iba con él en pareja o acompañada de la familia de su marido. 

Sobre la naturaleza de las múltiples lesiones que presentaba Yolanda, víctima y acusado han coincidido al justificarlas en la epilepsia que ella padece o en resbalones fortuitos, pequeños accidentes domésticos provocados por los hijos, o incluso un atropello con la bicicleta cuando tenía 13 años. 

La abogada de la defensa ha requerido incluso el testimonio de un pastor de la iglesia evangélica quien valoró que Alberto y Yolanda "eran un matrimonio normal, nunca les he visto ni discutir ni reñir".

Por todo ello la defensa pidió la libre absolución del acusado. Pese a estos testimonios, el empeño de la teniente fiscal, Carmen Novo, ha permitido que este caso llegara a juicio y que hoy se pidiese para el acusado penas que suman 15 años de prisión como autor de los delitos de maltrato, detención ilegal y lesiones.

Carmen Novo, actual responsable del área de violencia sobre la mujer en la Fiscalía de Pontevedra, afirmó que "es uno de los casos más graves que yo he conocido" y trató de demostrarlo con contundentes testimonios. Así el Guardia Civil que, requerido por los vecinos, intervino durante una de las presuntas agresiones de Alberto, aseguró que nunca se le olvidará la expresión de pánico que tenía Yolanda, "tenía cara de terror, recuerdo perfectamente la expresión de sus ojos, era como un cordero ante el lobo", dijo. Un miedo que según el agente "creció tan pronto como él cogió su móvil y llamó a su familia". Para la fiscal lo dicho por los peritos forenses fue "concluyente".

Las dos psicólogas, ante las que la víctima relató la sucesión de agresiones de que habría sido objeto por parte de su pareja, dijeron que tiene todas las secuelas típicas de una maltratada "ansiedad, depresión, miedo persistente, baja autoestima, problemas para relacionarse". Detallaron además que Yolanda intentó suicidarse ingiriendo fármacos.

"Existe una huella psíquica", dijeron con lo que su reacción al perdonarle y retirar la denuncia, en previsible ya que pasa con cierta frecuencia en mujeres que "se ven indefensas porque no tienen el apoyo de la familia y no ven forma de salir de esa situación" ya que Yolanda es "una mujer totalmente dependiente con escaso apoyo social laboral, económico y familiar".

Por su parte la médico forense aseguró con rotundidad que las lesiones que ella vio son consecuencia de agresiones y no de accidentes. Así las cicatrices en espalda y muslos responden a los latigazos que él le propinó con un cinturón, las heridas en los brazos fueron provocadas al clavarle un arma blanca, la quemadura en la mano fue provocada con una sartén, los hematomas del cuello fueron provocados en un intento de estrangulamiento, tal y como ella primero denunció y luego negó.

Finalmente otro de los testimonios presentados señaló como debajo de la cama había cadenas que según la fiscal el acusado "ponía alrededor de su pie o cuello y ataba a la pata de la cama, cerrándolas con candado".