Las patologías crónicas disparan la porción de PIB que absorbe la salud

Desde principios de los 90, la esperanza de vida de los españoles ha crecido en más de cuatro años, hasta alcanzar -según los últimos datos del INE para Galicia- 77 años en el hombre y 84 en la mujer. Vivimos más tiempo y, además, lo hacemos en una estructura demográfica que envejece y apoyados por unos servicios sanitarios que han conseguido cronificar muchas de las enfermedades que años atrás resultaban mortales. La combinación de envejecimiento y eficacia clínica no es gratuita, y el aumento en el volumen de enfermos de larga duración pone en riesgo el equilibrio de un sistema sanitario diseñado en los 60 para dar respuesta a episodios agudos. En Galicia, las enfermedades crónicas significan ya el 70% del gasto sanitario.

Los gestores han tomado conciencia de la necesidad de someter el sistema a una profunda reorganización. En estos momentos, indica Félix Rubial -presidente del comité científico del II Congreso de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, que ayer arrancó en Santiago-, "todo el SNS es un enorme banco de pruebas" para encontrar nuevas estrategias de gestión, y el País Vasco ocupa un lugar de referencia en esa carrera.

Rafael Bengoa, consejero de Sanidad en Euskadi, expuso los cimientos del plan de reformulación del servicio vasco de salud impulsado desde su departamento. "Hay más de mil razones -dijo- para cambiar" un sistema sanitario que "poco a poco" se vuelve insostenible.

En 2008, indicó, la salud absorbió el 7,8 del PIB de Euskadi y las proyecciones realizadas por su equipo calculan que llegará al doce en 2025. "Y eso está a la vuelta de la esquina", advirtió. Las estadísticas para la comunidad vasca, dijo, muestran que más del 40% de la población tiene un problema crónico de salud.

En este escenario, su Consejería ha diseñado una Estrategia de Crónicos que en pocas semanas llegará al Parlamento vasco. En ella, informó Bengoa, se incide en la necesidad de corresponsabilizar al paciente de su enfermedad; se apuesta por mantener los cuidados en la comunidad y reducir hospitalizaciones; se introducen mecanismos de telecontrol, y se piensa en nuevas figuras profesionales, como la enfermera de enlace o el educador en salud.

El nuevo sistema -que no tendrá por qué ser único, apuntó- se diseñará recopilando las ideas de las profesionales que están en la clínica, promoviendo el ensayo de nuevos modelos organizativos y la despolitación de la gestión. Incorporará también incentivos de mercado para favorecer la competencia. Sus pasos, serán seguidos con atención desde Galicia, según apuntó la gerente del Sergas, Rocío Mosquera.

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