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Piñeiro Rial consumó el doble crimen de forma planificada

Las forenses explican que el asesino confeso de la calle Oporto de Vigo degolló a sus víctimas//Señalan que pudo realizar su agresión por la espalda

Uno a uno los argumentos con los que ha construido su defensa el autor confeso del doble crimen de la calle Oporto de Vigo se desmoronan como un castillo de naipes. Constatado por el propio Jacobo Piñeiro que no recibió ni una sola puñalada de sus dos víctimas, por lo que queda en cuestión la eximente de haber asesinado en legítima defensa a Isaac Pérez Triviño y Julio Anderson, el informe de las forenses reforzó ayer las tesis de la acusación particular que insiste en rechazar que actuara por miedo insuperable a ser violado y asesinado.

Las dos médicos desbarataron la versión de Piñeiro articulada a partir del enfrentamiento con Julio Anderson, en el que asegura haberse cortado la mano al intentar arrebatarle el cuchillo con que le amenazaba, quedándole dos dedos inutilizados, al explicar que por el ensañamiento y por la fuerza con que asestó las 57 puñaladas es más probable que las lesiones se las produjera al final, al cortarse intentando sacar el arma del cuerpo, y no al principio de la agresión.

Las forenses descartaron que el asesino se dejara llevar por la ofuscación que indica su abogado porque la secuencia del desarrollo de los dos crímenes deja en evidencia que siguió una conducta "elaborada, planificada, y con un fin".

También desmontaron la eximente de haber actuado bajo los efectos de la cocaína y el alcohol por constatar que la muerte se produjo entre las cuatro y cinco de la madrugada, la misma hora en que los vecinos aseguran haber escuchado los golpes, y en ese momento ya se le habían pasado los efectos de ambas, ya que según la propia versión del acusado dejó de beber y drogarse a las 12 de la noche.

Extremadamente atento a cada una de las imágenes de los cadáveres de sus dos víctimas, Piñeiro escuchó como las forenses relataron el rosario de lesiones que dirigió a zonas vitales de sus víctimas mientras estas agonizaban y para las que utilizó dos armas: una de al menos siete centímetros de ancho con la que asestó 22 puñaladas a Julio, y otra de 13 centímetros de longitud y dos de ancho, que usó para dar 35 cuchilladas a Isaac Pérez Triviño.

Las médicos no descartaron que degollara a los dos jóvenes por la espalda y que atacara por sorpresa a Anderson, de ahí que no presente heridas defensivas. Además de constatar que no hallaron hematomas que indiquen la pelea que relata Piñeiro para explicar el doble crimen, aseguraron que Isaac tenía la cara llena de cortes para desfigurarle el rostro.

Los cadáveres de los dos jóvenes fallecidos presentaban numerosas heridas por la espalda y ambos recibieron lesiones mortales al inicio de la agresión, ya que a Anderson le cortó la fosa ilíaca, provocando un shock hipovolémico, y a Triviño la vena cava, con una agonía de 15 minutos.

22 sep 2010 / 02:28
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