Un acusado se acoge a la "Quinta Enmienda" de la legislación Estadounidense durante un juicio
La juez que preside la vista le explicó que, en todo caso, "podría acogerse al artículo 24 de la Constitución, porque estamos en España".
Ricardo S.A., presunto asesino de un celador que atropelló levemente a la hija del acusado, sorprendió al tribunal que lo juzga pidiendo acogerse a la "Quinta Enmienda" para no responder a ciertas preguntas, en una sesión en la que la Policía explicó las frases en caló intervenidas a los acusados.
Tras responder a las preguntas del fiscal e incurrir en numerosas contradicciones, Ricardo justificó hoy su negativa a contestar las preguntas de la acusación particular diciendo que se acogía a la "Quinta Enmienda" de Estados Unidos.
Tras unos segundos de sorpresa, la juez que preside la vista, Inmaculada Jurado, reaccionó y le explicó que, en todo caso, "podría acogerse al artículo 24 de la Constitución, porque estamos en España".
Uno de los debates del juicio será la culpabilidad de María Luisa C.J., esposa del acusado, ya que hoy tanto ella misma como su marido aseguraron que se desmayó al empezar el tiroteo y, por lo tanto, que es falso que abriera la puerta del coche de la víctima para facilitar una segunda racha de disparos.
Sin embargo, el policía que investigó el caso explicó al jurado que desde el primer momento sospecharon de ella porque las conversaciones telefónicas de los familiares, hechas en caló, recogían que "ella ha agarrado la butal (puerta) para que él lo buchara (matara)".
Este policía también reveló que durante la fase de investigación llegaron a tomar declaración al abogado de Ricardo para aclarar la presunta "exclusiva" a un programa de televisión con la entrega del sospechoso, que se produjo en Portugal el 20 de enero de 2006, doce días después del crimen.
Según el policía, el jefe del Grupo de Homicidios había pactado con el letrado que la entrega se haría sin intervención de la prensa, pero "luego el propio letrado lo incumplió y en el mismo coche del acusado traía a un periodista sin que nosotros lo supiéramos".
Este policía también reveló que, en otro de los "pinchazos", Ricardo decidió entregarse después de que su abogado le prometiese que "solo le caería un año" por el crimen, promesa difícil de cumplir a la vista de los 22 años de cárcel que pide el fiscal para él, pena que la acusación particular eleva a 27 años.
En su declaración ante el jurado, el procesado llegó a culparse a sí mismo de un delito contra la seguridad del tráfico, pues aseguró que conducía "bajo el alcohol y las drogas" y que entró con su furgoneta en la calle Isaac Peral a contramano, pese a llevar consigo a su esposa y a sus tres hijos pequeños.