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tribuna libre

Prospectivas: señales del futuro

    La humanidad está en el punto de mira. Muchas empresas procuran anticipar tendencias y estrategias tratando de predecir los problemas o amenazas que deberá enfrentar nuestro mundo: superpoblación, cambio climático o desaceleración económica, son algunos de ellos.

    Según recientes estudios, en el 2036 tendremos una media de 8000 millones de habitantes, consumiremos un 50% más de energía y la mitad de los medios de transporte serán eléctricos. Según Julio Pérez (CSIC), un 18 por ciento de la población vivirá todas las etapas de su vida llegando a una edad que rondaría los cien años, en proporción a una alta pérdida de capacidades psicomotoras, alejadas de una verdadera calidad de vida.

    Mientras tanto, Europa pierde población y envejece en proporción a países como China, India o África. Los países emergentes como China e India concentran un 45% de la humanidad. Estos países necesitan un elevado número de materias primas y los recursos no son inagotables. El 25% de los recursos marinos son ya irrecuperables, 1.100 millones de personas no disponen de agua potable y esta cifra se triplicará en un futuro no tan lejano.

    Las tecnologías de la información se están convirtiendo en herramientas imprescindibles, así como las redes sociales, lo cual resulta paradójico, porque estamos en un momento en el que los núcleos familiares se rompen y las relaciones humanas se desdibujan, porque se vive demasiado deprisa. Problemas como la inestabilidad laboral y sus continuos cambios obligan a los jóvenes a desplazarse por distintos lugares de la geografía mundial provocando un gran desarraigo emocional, así como desajustes a la hora de tomar decisiones vitales de relevancia, que ahora tan sólo son "opcionales": valores, creencias, creación de un hogar, etcétera.

    La religión se ve eclipsada por lo sagrado (magia y oráculos) y también por la Ciencia. Según el prof. Izquierdo Escribano, la emigración ha añadido heterogeneidad y complejidad a un pluralismo religioso que no está debidamente regulado y supone una situación imprevista para la gestión pública.

    A todos estes avances, de una mañana que comienza cada día, hay que ponerles límite, porque de seguir así los riesgos sociales serán innumerables. Multitudes esclavizadas por una "flexibilidad laboral", "ajustes financieros" y "copagos" impositivos frente a un desarrollo que no vela por la economía real. Juan Manuel de Prada, en un artículo reciente, se preguntaba qué hacen los economistas para que "toda esta farsa se mantenga en pie" en una suerte de hechicería que nos deja impávidos ante las ruinas de todo aquello que aún vislumbramos a lo lejos. Espero que los augurios nos sean más propicios.

    LICENCIADA EN HUMANIDADES E INVESTIGADORA DE LA USC

    09 jul 2011 / 00:09
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