Sobre el ciclismo y el Xacobeo

POLÉMICA Cuenta hoy Álvaro Pino, en estas mismas páginas, su versión de los dos temas que más afectan hoy mismo a los deportistas gallegos. De la desaparición del Xacobeo de las carreteras y de los presuntos positivos de dos de sus ciclistas. Son cuestiones espinosas que merecían una reflexión profunda por parte del hombre que, no lo olvidemos, era el máximo responsable deportivo. Y, como suele ser habitual en él. Alvaro Pino no se moja demasiado; más bien, nada guardando la ropa.

Acerca de la no continuidad del equipo, Pino se centra en las diferencias políticas entre la Xunta bipartita, que puso en marcha el Xacobeo y los actuales dirigentes del PP. Es una cuestión de prioridades económicas y, en medio de los recortes, es legítimo que los administradores decidan suprimir ese gasto. Cuestión al margen es la incapacidad (es la palabra) de unos dirigentes político-deportivos para buscar alternativas. Ahí es donde hay una laguna importante. Si el secretario xeral para el Deporte (que ostenta la delegación del presidente de la Xunta) no puede convencer al empresario gallego mal van las cosas. El proyecto, antes del dopaje, era tan atractivo como rentable.

Sobre los positivos (aún presuntos) de sus ciclistas Ezequiel Mosquera y David García, Álvaro Pino hace un ejercicio de cinismo. ¿Qué corredor decide, por su cuenta y riesgo, meterse en semejante berenjenal? ¿Quiere Pino hacer creer que él fue el último en enterarse? Nadie va a tragar. Si eso pretendía no lo consiguió.