Santiago
+15° C
Actualizado
lunes, 03 junio 2024
15:30
h

La escolta de Rajoy abusa de su autoridad

    DURANTE CASI todo el día de ayer -horas y horas interminables- una redactora y un fotógrafo de EL CORREO han hecho guardia ante la vivienda de un hermano de Rajoy, en Canelas, localidad cercana a Sanxenxo, en la que estos días disfruta (es un decir) lo que deberían ser unas vacaciones normales y merecidas el presidente del Gobierno. Cumplían con su deber. Era previsible que en algún momento el ilustre residente saliese a pasear, como acostumbra, por alguno de los parajes de las inmediaciones que tanto conoce y ama. Pues bien, poco antes de las siete de la tarde, minutos antes de que Rajoy abandonase su residencia provisional, tres miembros del cuerpo de policía encargados de la custodia del mandatario pidieron la documentación a nuestros periodistas, confirmaron en el medio en el que prestaban servicio, les mintieron con descaro negando la presencia del presidente en el domicilio de su hermano Enrique, les obligaron a alejarse del lugar en el que esperaban la salida de la comitiva (incluso les abrieron paso por dirección prohibida), les siguieron en un automóvil camuflado como a sospechosos de un delito y les impidieron cumplir con su sagrado deber de informar. Mientras esto ocurría, se supone que los torpes profesionales del gabinete de comunicación de la presidencia del Gobierno, o los listillos del entorno del presidente, convocaron a otros medios -se supone que más afines o queridos- para que cubriesen puntualmente el brevísimo paseo, por causa de la lluvia, que Rajoy, Ana Pastor, Feijóo, Rueda, Agustín Hernández, Louzán, Barreiro, Negreira, Telmo Martín y otros afines dieron por las inmediaciones del río Umia en el cercano municipio de Ribadumia. Mal empieza Mariano Rajoy sus vacaciones en Sanxenxo. Si además del ambiente social hostil que, bien a su pesar, tiene allí donde va, incluso en su propia tierra, sus guardias de corps se dedican a coaacionar a los profesionales que cumplen con su obligación de informar, desprecian olímpicamente la libertad de expresión y menosprecian al medio que más y mejor trata la información veraniega de su segunda residencia, lo que le queda es emigrar con los suyos a alguna lejana isla desierta en la que podrá pasear tranquilo, sin que nada le turbe ni nadie le espante. Le sugerimos alguna de las miles que pertenecen a Grecia, sin ir más lejos.

    05 ago 2012 / 20:48
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito