El urbanismo de O Son llega al juzgado

Este periódico lleva largos meses ocupándose de la desfeita urbanística del municipio de O Son sin que las autoridades políticas con competencias en la materia se den por aludidas y con la manifiesta hostilidad del grupo de gobierno local, en su tan vano como ridículo intento de matar al mensajero -sea periódico o periodistas- cada vez que una noticia no es de su agrado.

Entre esas documentadas denuncias, nos preguntábamos el 10 de junio si el edil de Urbanismo no se habría beneficiado de información privilegiada al comprar terrenos rústicos que luego aparecieron recalificados en el, por el momento, "secreto" PXOM, que parece dormir en la Xunta un más que sospechoso letargo.

Tres meses después, el fiscal nos da la primera respuesta instando la denuncia contra el concejal por el presunto delito de negociación prohibida, tipificada en los artículos 439 y 442 del Código Penal. Habrá que esperar, no obstante, a que el juez dicte la última palabra.

Entretanto, convendría pedir al alcalde, el socialista Ramón Quintáns, un poco más de prudencia y un mucho más de serenidad, antes de acusar a este periódico y a quienes en él escriben, adivinando conjuras por denuncias que ahora ratifica la Fiscalía. ¿También contra el fiscal iniciará su particular caza de brujas?

Pero hay más. Mucho más. Este periódico sostuvo, y los datos lo avalan, que la desfeita y el desmesurado crecimiento urbanístico no sólo no ha enriquecido al municipio, sino que lo ha empobrecido, ya fuese en población -la misma que en 1940- o en todos los indicadores económicos conocidos.

Y este periódico sostuvo, y lo mantiene, que con los datos que va conociendo y que pondrá a disposición del lector, en el tema urbanístico de O Son se dan tratos de favor que, al margen de que el juez determine si son o no constitutivos de delito, desde luego atentan contra el más elemental principio ético. Aunque algunas autoridades y partidos se empecinen en su continuada confabulación de silencio.