Las gallegas dedican el doble de tiempo al hogar que los hombres
Un estudio de la Universidade de Santiago destaca que ellas les dedican casi cinco horas diarias frente a las dos horas y media de ellos ·· Si se le pusiera precio al trabajo doméstico el PIB ascendería un 36,5 %
Limpiar, cocinar, planchar, atender a los niños o hacer la compra. Las tareas del hogar siguen recayendo, fundamentalmente, en las mujeres. Así se desprende del estudio de la Universidade de Santiago, O uso do tempo nas familias. El documento, que fue presentado ayer, certifica lo que muchos ya intuían: las gallegas trabajan en casa el doble que los gallegos. Mientras las mujeres le dedican casi cinco horas diarias a las labores domésticas, los hombres emplean en esta actividad solo dos horas y media.
El estudio permite "sacar de la oscuridad actividades llevadas adelante mayoritariamente por las mujeres, pero esenciales para el bienestar colectivo", subrayó ayer el conselleiro de Traballo, Ricardo Varela, que presidió el acto. Según los cálculos de los investigadores de la USC, si estas tareas fuesen traducidas a dinero, el producto interior bruto de la comunidad se incrementaría en un 36,56%.
"Galicia es una de las comunidades donde se dedica más tiempo a las labores del hogar y la familia", indicó la catedrática de la USC, María José Rodríguez Galdo, quien aseguró que la "condición de trabajadoras remuneradas no libera a las mujeres del trabajo doméstico". Solo el 6,6% de la población femenina logra librarse de ellas, frente a un 32,2% de hombres que reconocen no hacer nunca nada en la casa. El estudio deja entrever, además, que los estereotipos de género siguen vigentes. Mientras ellas priorizan las actividades culinarias y el cuidado de niños, ellos se dedican a la jardinería, reparaciones o el cuidado de animales. Rodríguez Galdo, consideró, sin embargo, que esta situación podría verse alterada en el futuro, ya que "en las generaciones más jóvenes se están dando cambios muy importantes".
Realizado por un equipo de 14 investigadores de la USC, con el apoyo de la Consellería de Trabajo, el estudio utiliza los datos de las encuestas del Instituto Galego de Estatística.
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Los cuidados personales, entre los que se incluyen las horas de sueño, son la actividad que más tiempo necesita. Según el estudio de la USC, la realizan el 100% de las personas y, de media, emplean 11 horas y 39 minutos, sin grandes diferencias entre hombres y mujeres.
2 Ellos trabajan 74 minutos más al día que ellas
El 33% de los gallegos realiza algún trabajo remunerado a lo largo del día, con una duración media de 7 horas y 30 minutos. Esta es la segunda actividad que más tiempo ocupa. Los hombres le dedican algo más de tiempo que las mujeres, 8 horas y 11 minutos frente a 6 horas y 57 minutos.
3 Solo el 12,6% de la población estudia
El porcentaje de mujeres que estudia (12,8%) es ligeramente superior al de hombres (12,4%). Sin embargo, ellas le dedican algo menos de tiempo con 5 horas y 2 minutos de media frente a las 5 horas y 19 minutos de los hombres.
4 Vida social, diversión y deportes
El 66% de los gallegos destina unas 2 horas y 19 minutos al día a la vida social y a la diversión. El 41% destina 1 hora y 57 minutos al día a los deportes y a las actividades al aire libre.
5 El 80% sigue a diario los medios de comunicación
Ocho de cada diez gallegos declaran realizar a diario actividades relacionadas con los medios de comunicación. Ellos le dedican 1 hora y 26 minutos mientras que ellas, 1 hora y 16 minutos .
LOS USOS
Poco visible en los estudios económicosRicardo Varela subrayó lo poco visible que ha sido hasta el momento el trabajo en el hogar en las "interpretaciones económicas y políticas". En las facultades de Económicas, aseguró, "se concede mayor importancia analítica al nacimiento de vacas y ovejas" y solo de forma residual se presta atención a estas tareas .
Servirá para diseñar políticas públicas
El estudio O uso do tempo nas familias está pensado con fines prácticos. Según indicó ayer el conselleiro de Traballo, Ricardo Varela, su objetivo no es "ponerle precio al trabajo" que se hace en los hogares sino "prever las consecuencias de su paulatina desaparición y para arbitrar políticas públicas que busquen alternativas".