Fernando Olmedo: abogado, periodista, mártir y ahora beato

En la parroquia compostelana de San Miguel dos Agros ya lo tienen todo preparado para dar a conocer la figura del capuchino Fernando Olmedo Reguera, natural de Santiago y bautizado en su iglesia, que será beatificado como Fernando de Santiago el próximo 13 de octubre. En el acto, que se celebrará en Tarragona, se beatifica a un total de 526 mártires españoles que murieron defendiendo la religión cristiana durante el siglo XX.

El programa de actos dedicados al padre arranca el martes 3 de septiembre, con una conferencia a cargo de Manuel Blanco Rey, cura párroco de Morás (Arteixo), historiador y autor de una biografía del futuro beato, bajo el título El Padre Fernando Olmedo en la Diócesis de Santiago. El miércoles 4 tomará el testigo José Fernández Lago, director del Instituto Teológico Compostelano, con su conferencia El Padre Fernando Olmedo en su tiempo.

Los actos seguirán el 5 de septiembre con la intervención de Valentín Marín, fraile capuchino de la iglesia madrileña de Jesús de Medinaceli, en la que hablará sobre El Padre Fernando, capuchino y mártir. El día 6 habrá un concierto de órgano a cargo de Julia Ammerman Yebra y Alejandra Escolante Mujico. La clausura se realizará en el curso de una eucaristía presidida por el arzobispo Julián Barrio. Todos los actos serán en la iglesia de San Miguel dos Agros a partir de las 20.00 horas.

mártir capuchino

Fernando Olmedo fue bautizado en San Miguel dos Agros en 1873. Sus padres, Fernando Olmedo y Elisa Reguera vivían en la calle Algalia de Arriba y la familia permaneció en la ciudad hasta que el matrimonio tuvo que trasladarse a Pontevedra para regentar los Almacenes Olmedo. Fernando estudió y se doctoró en Derecho y llegó a ejercer de abogado y contable.

Olmedo llegó a ser un personaje destacado en la prensa clerical, escribiendo en periódicos como El Pensamiento Gallego, y dirigiendo El Áncora, periódico pontevedrés del mismo signo. Fue además fundador del Círculo Católico de Obreros en Pontevedra.

En 1901 tomó los hábitos de la orden capuchina y se hizo sacerdote en 1904. En su misión llegó a ocupar altos cargos en Roma, pero por problemas de salud regresó a España, donde ingresó en el convento de Jesús de Medinaceli (Madrid). En los primeros días de julio de 1936 los milicianos asaltaron el templo, del que los religiosos huyeron. Sin embargo, a Fernando Olmedo lo detuvieron el 11 de agosto y en el juicio en declaró ser padre capuchino. Por no renunciar a su condición religiosa fue fusilado al día siguiente. Su esquela lo publicaba: "murió asesinado en Madrid por las hordas marxistas".