Manuel Portas: “Escribir una novela era un reto para mí”

Es catedrático, y en la actualidad imparte clases de Literatura en el Instituto Xelmírez, pero parece que a Manuel Portas le van los retos, porque tras su paso por la política municipal y su regreso a las aulas, ahora acaba de presentar en la Feria del Libro de Santiago su primera novela, Denso recendo a salgado, publicada por Edicións Xerais.

¿Cómo surge la idea de escribir una novela?

Como profesor llevo enseñando Literatura muchos años, y además soy lector vicioso. Disfruto con la literatura como uno de los placeres de la vida. No dejaba de ser un reto escribir, dejar de ver el toro desde la barrera, e intentar convertir en creación algunas ideas y deudas que tenía conmigo y con una generación que nos formamos en un pueblo marinero de la Ría de Arousa, y que no dejamos de ser más que una especie de generación perdida.

¿Le costó mucho esfuerzo escribir la historia?

El proceso de creación fue relativamente breve. Yo mismo me quedé sorprendido. Fueron unos cuatro meses de intensa actividad, que fue cuando escribí la historia, y un mes más para contrastar, presentar el texto a mis amigos y hacer algunos retoques. Para mí escribir esta novela ha sido un auténtico placer, porque he descubierto que además de disfrutar leyendo, también estaba disfrutando escribiendo.

Antes comentaba que este libro ha sido un reto para usted. ¿Cree que lo ha superado?

¡Uy! Ahí yo no voy a opinar, el que tiene que hacerlo es el lector. Escuché opiniones satisfactorias, que fueron las que me animaron a seguir adelante, pero obviamente ahora viene el veredicto más importante, que es el de los lectores.

¿Quién fue la primera persona que leyó ‘Denso recendo a salgado’?

Fueron algunos compañeros de instituto que son lectores, no técnicos en Lengua y en Literatura, porque lo que más me interesa es la opinión de la gente que disfruta leyendo, ese público general que no se va a fijar en el punto de vista que adoptaste o en si hay o no una adecuación cronológica.

¿Y fue muy duro ese período de espera para conocer las opiniones de sus compañeros?

Es un momento de cierta inquietud, pero cuando le pasas a leer algo a una persona es porque crees que algo merece la pena, con toda la modestia que tiene que haber en un proceso creativo. De todas formas fue un momento muy satisfactorio, porque la gente, disfrutaba con lo que leía y a mi eso es lo que me satisface, que la gente lo disfrute. Me encantó cuando mis compañeros hicieron comentarios positivos.

También acaba de vivir su primera Feria del Libro.

Sí. Tengo que estar más que agradecido al equipo de Edicións Xerais, porque yo era novato en estos procesos y me encontré con unos grandes profesionales, que fueron unos tutores perfectos para mí.

¿Qué quiso contar Manuel Portas con esta novela?

En Denso recendo a salgado hay un montón de historias. Son vidas de personajes que en un primer momento aparecen deslabazadas, que pueden parecer vidas normales, pero que pueden resultar excepcionales. Creo que lo extraordinario no está en los superhombres, ni en las supermujeres, sino en la gente común. Ahí es donde está la vida, donde late el sentido de un escrito que sale de la gente. Después, con una técnica cinematográfica, voy entrelazando las vidas de los personajes que el lector conoce por separado.

¿Es consciente de que los que ahora son sus alumnos le van a poner nota a usted?

Sí, sí. La verdad es que a la hora de escribir la novela pensé en un público más heterogéneo y ellos forman parte de esos potenciales lectores. Además, sé que hay la comidilla entre ellos de a ver lo que escribió el profe. Realmente, cuando escribes lo haces para un público anónimo, pero que al mismo tiempo le pones cara y nombre. No escribes para cualquiera, escribes para ti, pero para una sociedad.

¿Comentaba que gracias a esta novela ha descubierto que escribir es una actividad muy placentera para usted. ¿Está pensando ya en un segundo libro?

Yo no tengo parada. Cuando me meto en algo, me meto con ganas, y además lo digo de corazón. Y claro, mi cabeza sigue creando historias. Algunas se van pasando al papel y otras siguen ahí en el limbo, cociéndose a fuego lento, para que cuando estén maduras y el plato esté preparado se puedan servir.

¿La historia de ‘Denso recendo a salgado’ era algo que tenías desde hace tiempo en la cabeza?

Sí, claro. Porque además, la historia de esa generación no había sido escrita. Nosotros somos una generación perdida.

sregueira@elcorreogallego.es