Las agresiones homófobas se multiplican: la situación en Galicia

La escalada de violencia homófoba se está haciendo cada vez más palpable en todo el mundo y en el último mes se han cometido dos crímenes contra locales de ambiente en Veracruz (México) y Orlando (Estados Unidos). Pero, por desgracia, no es necesario ir tan lejos de nuestro país para ver las consecuencias del aumento de las agresiones ya que en nuestra comunidad se registran cinco delitos de odio cada mes, de los cuales un 70% están relacionados con la orientación o identidad sexual de la víctima. De hecho, en febrero tuvo lugar una agresión homófoba en Santiago de Compostela en la que un desconocido propinó una paliza a un joven homosexual cuando salía de un supermercado solo por su condición sexual. Tres meses después, hablamos con los responsables de algunas de las principales organizaciones LGBTI en Galicia para saber cómo se encuentra la situación.

Como afirma Navia Rivas, responsable de la Comisión de Libertades Sexuales y Diversidad de Género de Galiza Nova, en la actualidad se están produciendo una serie de agresiones de LGTBIfobia en contextos y lugares inesperados y, aunque parezca mentira, escuchar insultos hacia personas LGTBI es cada vez más habitual. En la Comisión aprecian “un estancamento de normalización das persoas LGTBI, por exemplo, nas escolas, onde se estaba producindo un acercamento progresivo á aceptación, que agora parece estar parado ou mesmo en retroceso”.

Y Navia tiene razón porque en la actualidad, la situación se encuentra en un punto complicado. Aunque en los últimos años el colectivo LGTBI ha hecho algunos avances para conseguir derechos equitativos, también se está experimentando una regresión en algunos sectores de la sociedad. Es cierto que, tras la agresión ocurrida en febrero, las asociaciones Ultreia y 7cores se reunieron con la Defensora del Pueblo para exponer las exigencias y necesidades del colectivo LGTBI en un documento que se presentó en el Parlamento Gallego y en nuestra comunidad se aprobó la primera ley del territorio español promovida contra la discriminación por motivos de orientación o identidad sexual, un gran primer paso para conseguir la igualdad, pero aún queda un largo camino por recorrer para que las administraciones se comprometan con los derechos de las personas LGTBI.

Por otra parte, es necesario que se produzca un fuerte cambio de mentalidad en la población ya que aún existen una gran cantidad de prejuicios en torno al colectivo. Un ejemplo de esta necesidad de cambio sería el hecho de que en algunos países no se permita que una persona homosexual done sangre. Más recientemente, también hemos visto este problema en el etiqueta/hashtag homofóbico que se volvió popular tras la masacre perpetrada en Orlando. Con él, un grupo de gente decidió publicar en sus cuentas de Twitter razones por las que “matar gays no es delito”, pero para frenar esa ola de odio, en todo el mundo se extendió un nuevo hashtag, #loveislove, el amor es amor.

Un poco más cerca de nosotros, en Vigo, alguien realizó una pintada en la sede de la asociación Nósmesmas en la que escribieron “pervertidas” en una imagen en la que aparecían dos mujeres besándose, así que por actos como estos es imprescindible seguir luchando para demostrar que, como afirmaba el hashtag de la popular red social, el amor es amor, independientemente de la orientación sexual de quien lo sienta.

La difusión de las últimas agresiones y actos de odio que se están produciendo en todo el mundo puede servir para concienciar a la sociedad de lo grave que es la situación y para animar a las personas agredidas a que denuncien o busquen la ayuda necesaria. Si sufres o conoces a alguien que haya sufrido actos homófobicos, es imprescindible que denunciéis ya que cualquier delito que no se denuncie es un delito que no se ha cometido a ojos de las administraciones. El compromiso con el avance es necesario y por eso, aunque queda mucho por hacer y mucho que cambiar, todos debemos comprometernos para dejar atrás los prejuicios y que la orientación sexual de una persona no se convierta en lo que más la defina y que todos podamos vivir en libertad.