Buscando su batuta por toda Europa

Por una u otra razón, España se les ha quedado pequeña. Son músicos de profesión y de vocación y escriben en una clave diferente a pesar de que a muchos de ellos no les gusta la definición de música clásica viven por y para ella.

Iago, Luis o André son solo tres de los muchos ejemplos que circulan actualmente por el viejo continente con su instrumento a cuestas. Sus casos son diferentes. El primero se formó en Alemania, y ahora trabaja en España tras sacar una oposición, Luis es miembro de una orquesta en Sttutgart y André trabaja en la orquesta de Castilla León, tras formarse durante varios años en Europa.

Pero hay algo que les une sobre todo lo demás, en primer un enorme esfuerzo económico personal y familiar "por esos mundos" para estudiar y sobre todo, la pasión por la flauta y cientos y cientos de horas sobre sus partituras.

Los tres coinciden en que hay algo que destaca sobre lo demás en su periplo laboral. La competencia es dura, muy dura, pero la consideración es diferente y todo ello viene de que allí hay una mayor tradición. "No se extrañan no se extrañan de que seas músico. pero si no sales fuera no sabes tampoco valorar lo que has aprendido aquí", dice André, ahora en la Orquesta de Valladolid y después de su paso por varias ciudades europeas y su formación en Hungría con Janos Balint.

Todos ellos poseen currículums impresionantes pero buscan una vuelta de tuerca: "Creo que todos terminamos con la sensación de que aún no estamos lo suficientemente preparados para salir al mercado laboral con las suficientes garantías", señala Iago, que llegó a la ciudad alemana de Duisburgo. Allí se preparó durante un año y, posteriormente se presentó a unas oposiciones y ahora se incorpora al Conservatorio de Ourense después de dos años de excedencia. "me incorporo con la esperanza de poder compaginar mínimamente la labor de profesor con una vida artística activa, lo que no parece fácil".

Esa, por ejemplo, es otra de las grandes diferencias entre España con lo que está más allá de nuestra fronteras musicales. La competencia es cada vez más dura y la gente viaja cada vez más lejos para hacer audiciones. "Creo que los profesores de música deberíamos de tener un reglamento que nos permitiera seguir activos y poder compaginar con nuestra labor como docentes. En Europa se hace así, ¿Cómo puedes explicarles a tus alumnos lo fantástico que es poder dar conciertos si no puedes pisar un escenario?, señala Iago.

El sistema de conservatorios es otra de las grandes diferencias que perciben estos emigrantes de la música. En lo concerniente al primero, el ourensano Luis Perandones, que actualmente trabaja como flautista en la Ópera de Sttutgart, eligió Alemania para completar sus estudios "porque es la cuna de la música". Luis habla de que a diferencia del resto de Europa, "en general estamos demasiado encorsetados por las programaciones", con una levada carga de asignaturas teóricas muy difícil de compatibilizar con el instituto.

La crisis tampoco es ajena al mundo de la música. Luis Perandones apunta que en Alemania, se habló de cerrar orquestas o fusionarlas aunque finalmente parece que se ha calmado.

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