Santiago
+15° C
Actualizado
lunes, 03 junio 2024
15:30
h

Guitarras, cartas, coches raptados por la grúa y... seguridad

Menos actividad nocturna de la prevista // Hubo conciertos improvisados en la rotonda de San Lázaro y en San Francisco// Mucha vomitona juvenil

Ayer más de una cabecita loca, que diría Rulo, cantante número uno en la actual listas de ventas... más de uno y de dos adolescentes acabaron sesteando de día lo que no descansaron antes tras dormir de noche lo mismo que el faro de la Catedral en Año Santo... nada.

Crece la noche previa al día D, y cientos de personas no duermen expectantes ante la llegada del Papa, pendientes de entrar en la P­raza do Obradoiro entre los primeros o de saludar aquí, allá en un reencuentro propiciado por la visita del Sumo Pontífice.

Muchos visitantes se reparten por distinos pabellones de colegios de Compostela, y mientras unos se instalan otros cantan. Es medianoche, primeras horas de la jornada esperada. En los alrededores de San Francisco suenan cánticos apoyados por guitarras entre velas que ayudan a animar la espera. Antes, al final de la tarde, la rotonda de San Lázaro ha sido sede de otro concierto improvisado.

Se abre la madrugada. Un grupo de la diócesis de Astorga, ronda alrededor de la Catedral con una pancarta, varias fundas de guitarra y un mar de mochilas.

"Algunos de nosotros ya vimos al Papa en Valencia pero no es lo mismo...", apunta Noemi Pinto, voz cantante de una decena de adolescentes ante una improvisada timba de cartas en el suelo cerca de la Raiña. "Estamos jugando al Comemierda...", cuenta alguien, que genera risotada general.

Varios de ellos afirman que el equipo organizativo y de seguridad que circunda la plaza pudo haber allanado algo más el terreno ante la llegada de tantos visitantes. "Hasta las doce de la noche ni siquiera estaban puestas las vallas para hacer las colas, casi les hemos tenido que decir nosotros a los policías que las montasen", aclara Noemí.

Muchas siluetas recortadas por las luces de la Zona Monumental caminan hacia un bar o cafetería o simplemente pasean... algunos aprovechan su turno libre dentro de un sistema rotatorio para guardar su sitio en la cola y estar entre los primeros en pisar al Obradorio al mismo tiempo que antes se reparten la noche para ir conociendo la otra ciudad.

En la calle Carretas, al filo de las dos de la noche, detrás de una hilera de grandes camiones para servir las señales de televisión, una sola cafetería abierta reune a guardías de seguridad y policías, algunos termo en mano.

Numerosas vomitonas, más de lo habitual para ser noche de viernes, indican en calles con pubs y bares que algunos visitantes tienen pendiente aprobar la asignatura de cómo metabolizar unas cervezas o tragos varios sin perder la cabeza o el equilibrio. El trasiego de gente no es grande y la iluminación blanca del supermercado-bar El Dubrés, abierto de madrugada, destaca en medio de rúas con menos zancadas de lo esperado. En una calle cercana a San Martín Pinario, una pareja de beso estrecho, es sorprendida por un chirrido de grúa.

Están en la calle Santa Cristina y un Audi gris descansa solitario... por poco tiempo. La grúa lo rapta con dos operarios trabajando bajo la mirada de un agente nacional. El dúo sorprendido en la noche se escora hacia un lado pero la intimidad está muy cara. Otro haz anuncia la llegada de una segunda grúa que ya lleva en la barriga otro coche gris; y se detiene para que otro guardía nacional se allegue a saludar a su compañero de gremio.

"No tengo ni idea", dice un empleado de la empresa padronesa XXL Producción e Loxística, cuando una señora con acento andaluz pregunta si el Papa pasará por la Algalia y alrededores. Le da su explicación con el pie al borde del estómago de un gran camión del que van sacando (poco menos que tirando, dada la prisa de la cuenta atrás) vallas amarillas que horas después limitarán los puntos calientes del cordón de seguridad en una noche de viernes con menos actividad de la esperada por la hostelería compostelana que quizá se arrepienta de no haber manejado mejor una cita tan especial.

ANÉCDOTAS Y TESTIMONIOS

Aparcar en las calles de la Zona Monumental de Santiago pedía seguir ayer y anteayer un protocolo de seguridad que muchos vecinos olvidaron. La actividad para apartar esos vehículos fue tanta que a las cuatro de la mañana, en una calle que desemboca en la Praza San Martín Pinario coincidieron dos grúas con sendos coches a bordo: un Citroën gris y un Audi del mismo color.

Noemi Pinto

Miembro de la diócesis de Astorga

"Al llegar, la Policía nos han advertido de que nos iba a revisar las mochilas... y lo veo lógico... No hemos tenido problemas para meter las guitarras en el Obradoiro"

Serafín Vázquez

Profesor del Colegio San Ignacio de Ponferrada

"Al ser Año Jubilar nos pareció una buena idea venir y hemos traído dos autobuses con chicos...hay menos lío de lo que esperábamos"

Juanjo Rubio

Miembro de la diócesis de Astorga

"Aparte de ver al Papa, destacaría del encuentro el buen ambiente que hay entre quienes estamos aquí... te sientes entre amigos, cómodo y bien recibido"

Víctor García

Alumno procedente de un centro de Fabero

"Hemos traído sacos para pasar la noche pero no tenemos ganas de dormir, tenemos móviles y bocatas para aguantar y... también hemos ido al Burger"

Carlos Morán

Estudiante llegado desde Ponferrada

"Hay buen ambiente pero debería estar algo mejor organizado porque hemos visto algún problema entre la gente de la cola"

07 nov 2010 / 02:25
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito